domingo, 25 de julio de 2010

A TODAS LAS MUJERES NOS ENCANTA BAILAR VERDAD? A LOS HOMBRES TAMBIEN PERO A NOSOTRAS MAS.



En una sociedad poco expresiva, en la que la expresión corporal es cada vez más escasa, especialmente cuando se llega a la edad adulta, con una clara predominancia del lenguaje oral, audiovisual o escrito, en la que el gesto incluso ruboriza, la danza está emergiendo como un potente canal de comunicación individual y también colectivo. "Existe una necesidad de expresar con el cuerpo", destaca el coreógrafo Roberto Oliván, esforzado desde hace muchos años en popularizar la danza contemporánea y potenciar la iniciación al baile.

Las funciones de la danza


Redescubrir el cuerpo .......La danza ha ganado popularidad porque quienes se animan a probar acaban descubriendo que con el cuerpo pueden expresarse a través de un nuevo lenguaje. Bailan para recuperar la expresión corporal, materia para muchos olvidada desde la infancia.

Integración social
En una sociedad globalizada, con danzas de todo el mundo rompiendo fronteras, la danza se ha convertido en una fórmula para mejorar la integración de inmigrantes y el conocimiento de otras culturas. Dos ejemplos, el éxito de danzas orientales y bailes latinos.

Expresar la feminidad
Aunque se han roto viejos tópicos, la danza sigue siendo una disciplina artística con un mayor número de practicantes mujeres que hombres. Las mujeres redescubren en la danza parte de la feminidad perdida en una sociedad cada vez más uniforme.


Como profesión
Un pequeño porcentaje de bailarines y coreógrafos consiguen convertir su pasión en oficio. Otros países europeos, como el caso paradigmático de Bélgica, promocionan mucho más la danza que España. Muchos bailarines españoles emigran.

No es extraño, pues, el éxito notable de todo tipo de iniciativas vinculadas a la danza, especialmente de aquellas dirigidas a personas que se aproximan al baile para experimentar y disfrutar de nuevas sensaciones. El Deltebre Dansa 2010, certamen que reúne durante dos semanas a personas interesadas por la danza, sean estudiantes, profesionales o no iniciados en la materia, dejó a muchos aspirantes en lista de espera, con más de 130 inscritos pero el doble de peticiones.

La academia Munique Neith, dedicada a la danza del vientre en Barcelona, que con más de 800 alumnas es una de las academias más grandes de Europa, tuvo que celebrar en junio la gala de fin de curso en tres días distintos en el auditorio Axa de la Illa Diagonal por la imposibilidad de reunir a todas las bailarinas.

"En los últimos años hemos notado muchísimo el interés creciente por la danza", destaca Munique Neith, bailarina brasileña de ascendencia árabe, organizadora del Festival Internacional de Danza Oriental de Barcelona y fundadora de esta academia.

"Si tuviéramos que describir nuestra experiencia con Munique, diríamos que es una luz en el camino que llena de fuerza y tenacidad para alcanzar la libertad", explica Ana Maria Carulla, alumna de Munique, una de las academias de danza oriental de referencia, donde se forman futuras profesoras de danza. "La danza facilita la capacidad para expresarse con el cuerpo, es una necesidad. Las mujeres reencuentran su feminidad", razona Neith, maestra del Festival Internacional de Danza Oriental que se celebra en El Cairo con algunos de los mejores bailarines del mundo.


"La danza te permite explorar la libertad de movimientos. Bailando descubres las posibilidades de tu propio cuerpo", razona Kiluangi, bailarín de padre alemán y madre angoleña, que ha convertido su inquietud en profesión y trabaja en una compañía de circo belga como especialista en danza acrobática.

"Quiero bailar para tener conciencia de mi cuerpo en el espacio y liberar mi mente", explica Desirée, que con 32 años se inscribió para participar en los talleres de iniciación a la danza contemporánea celebrados este mes de julio en el delta del Ebro. Antes había bailado jazz y danza del vientre, siempre como una forma de expresión que ella relaciona con su trabajo, pues es locutora de una emisora musical de Tortosa (Baix Ebre).

La danza crece también porque quienes se deciden a bailar redescubren la flexibilidad olvidada de sus articulaciones o el vigor de una musculatura entumecida. "Flexibilizar el cuerpo es flexibilizar la mente, bailar es una herramienta revolucionaria", dice Roser Roldan, aficionada a la danza que como técnica de educación en Tortosa decidió probar la utilidad de las clases de expresión corporal en el trabajo de integración de mujeres inmigrantes. "Muchas de ellas no habían trabajado nunca ni la educación física, pero fue un éxito", recuerda Roser, quien destaca la fuerza de la danza como mecanismo de expresión. "En nuestra sociedad hay muchas barreras y estereotipos, vivimos en un entorno muy rígido, nos avergüenza expresar con el cuerpo", argumenta.

En uno de los talleres de iniciación a la danza contemporánea del Deltebre Dansa 2010 se ha puesto de relieve que expresar con el cuerpo al principio ruboriza y después acaba liberando. Allí una veintena de personas, la mayoría mujeres interesadas por la danza, empiezan experimentando con movimientos sencillos, casi infantiles. Bajo una enorme carpa, en un entorno idílico como el del parque natural del Delta de l´Ebre, la iniciación a la danza contemporánea es sencilla. "Tenéis que sentir los movimientos", explica la profesora del taller.

Claudia, Jacqueline o Raquel descubrir que los movimientos tienen un tiempo y un espacio, que la gestualidad del rostro acompaña también al cuerpo. Las risas y el rubor inicial desaparecen y los cuerpos de estos bailarines inexpertos empiezan a liberarse. Cuando aparece la música, todo parece más fácil, y de forma casi natural se empiezan a flexionar rodillas, tobillos y espaldas.

"Hemos olvidado la herramienta, el cuerpo, y nos hemos centrado en el lenguaje", advierte Carles Gispert, coordinador cultural especializado en dar clases de expresión corporal. Cuenta que en sus clases, en las que forma futuros monitores en la Escola de l´Esplai de Tarragona, ha podido comprobar la lucha entre los dos polos opuestos, la rigidez y la flexibilidad, y que se ha llevado algunas sorpresas al comprobar las dificultades de los alumnos para situar la derecha y la izquierda de forma intuitiva.

"La expresión corporal es una materia aún poco profesionalizada desde el punto de vista de la docencia", señala Gispert. Interesado por la expresión corporal, este coordinador cultural destaca las conexiones con la psicomotricidad, herramienta de la pedagogía. "Es un camino de crecimiento personal. El cuerpo es una fuente de lenguajes, habla por sí solo, y enriquece todos los procesos de comunicación", apostilla Gispert.

Frente a la carpa del taller de iniciación a la danza contemporánea de Deltebre, casi un centenar de bailarines, incluidos muchos profesionales y estudiantes de danza, empiezan un taller dedicado al fighting monkey,una danza inspirada en las artes marciales y el contacto de los cuerpos. "Vamos a cambiar nuestra mentalidad", advierte la pareja de profesores, Jozef Frucek y Linda Kapetanea, antes de empezar la clase.

Antes de esta suerte de lucha, los bailarines empiezan a ejercitar sus cuerpos con una clase de yoga de una hora y media. Observando la flexibilidad de estos cuerpos sobre la moqueta, con movimientos ágiles, casi animales, se evidencia que la rigidez es un mal social generalizado pero no natural.

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